¿Te preocupa que una pequeña fuga, un cortocircuito o un electrodoméstico sucio se conviertan en una reparación costosa? Con unas rutinas básicas y algunas buenas prácticas, es posible prevenir la mayoría de averías, optimizar el consumo energético y prolongar la vida útil de los equipos de tu hogar. En esta guía encontrarás recomendaciones preventivas y hábitos de mantenimiento que puedes aplicar desde hoy mismo, sin necesidad de herramientas complejas ni grandes inversiones.
Diseña un plan de mantenimiento doméstico
Un plan sencillo, repartido por frecuencias, ayuda a detectar a tiempo señales de desgaste. La clave está en la constancia y en registrar lo que haces para no olvidarlo.
Calendario sugerido
- Cada semana: limpiar filtros de campana extractora si acumulan grasa; airear estancias; revisar que no haya goteos en grifos o bajo fregaderos.
- Cada mes: aspirar rejillas y filtros de climatización; comprobar presión y estado de neumáticos de ruedas de puertas correderas y ventanas (si aplica); testear el botón de prueba del interruptor diferencial (si tu cuadro lo tiene); limpiar filtros de lavadora y lavavajillas; purgar radiadores al inicio de la temporada de calefacción.
- Cada 3–6 meses: limpiar bobinas del frigorífico y condensador del aire acondicionado; aspirar detrás y debajo de electrodomésticos; revisar juntas de silicona en baños y cocina; limpiar sifones y desagües; revisar burletes de puertas y ventanas.
- Cada año: servicio técnico a caldera o calentador por un profesional; inspección de tejado y canalones; comprobación de detectores de humo y monóxido (cambio de pilas y fecha de caducidad); desincrustar cal en grifos y duchas; revisar la presión del agua de la vivienda.
- Cada 2–3 años: evaluar estado del ánodo de sacrificio del termo eléctrico (realizado por técnico); renovar masillas y sellados deteriorados; sustituir regletas y protectores de sobretensión si muestran desgaste.
Antes de cualquier mantenimiento, aplica la regla de oro: corta la corriente en el circuito correspondiente y cierra el agua si vas a manipular fontanería. Usa guantes y gafas de protección cuando proceda.
Electricidad: hábitos y revisiones seguras
Revisiones básicas y señales de alerta
- Interruptor diferencial: pulsa el botón de prueba una vez al mes para verificar que actúa. Si no salta, contacta con un electricista.
- Enchufes y cables: reemplaza de inmediato enchufes holgados, placas agrietadas o cables pelados. Evita empalmes caseros y ladrones en cascada.
- Cargas: distribuye los consumos en diferentes circuitos. Los enchufes con calor excesivo o zumbidos indican sobrecarga o mal contacto.
- Iluminación LED: sustituye fluorescentes y halógenos por LED de calidad. Reducirás consumo y calor, alargando la vida de portalámparas y cableado.
Ahorro energético en el día a día
- Elimina el consumo en standby: regletas con interruptor o enchufes inteligentes para TV, consolas y equipos de sonido. Desconectar el standby puede representar hasta un 5–10% de ahorro eléctrico anual.
- Termostato eficiente: fija 20–21 °C en invierno y 25–26 °C en verano. Cada grado de más en calefacción o de menos en refrigeración incrementa el gasto aproximadamente un 7%.
- Sensores y temporizadores: en pasillos, garaje y exteriores, los sensores de presencia y temporizadores evitan luces encendidas innecesariamente.
- Protección: usa protectores de sobretensión en equipos sensibles (ordenador, TV, router) para prevenir daños por picos de tensión.
Fontanería: evita fugas y atascos
Hábitos en cocina y baño
- Protege los desagües: coloca rejillas recoge pelos en duchas y bañeras; en cocina, no viertas aceites ni restos de comida. Limpia los filtros del fregadero cada semana.
- Limpieza suave mensual: vierte agua caliente con una pequeña cantidad de detergente en fregaderos para disolver grasas ligeras. Evita productos destapacaños agresivos que dañan tuberías y juntas; prioriza métodos mecánicos (desatascador, serpiente) si fuera necesario.
- Vigilancia de fugas: revisa periódicamente las bases de inodoros, sifones y conexiones de lavadora/lavavajillas. Señales: humedad, moho, olor a desagüe o manchas.
- Grifería: si un grifo gotea, cambia la junta o el cartucho cerámico. Un goteo constante desperdicia decenas de litros al día.
Calentador, termo y presión del agua
- Mantenimiento del calentador/caldera: realiza una revisión anual por un técnico autorizado. Mantén despejada la ventilación del local y no obstruyas rejillas.
- Termo eléctrico: drena una pequeña cantidad de agua cada 6 meses para retirar sedimentos (si el fabricante lo permite) y pide revisión del ánodo cada 2–3 años.
- Presión adecuada: lo óptimo en vivienda suele ser 2–3 bar. Si supera 5 bar, consulta a un fontanero para instalar o ajustar un reductor de presión y evitar golpes de ariete.
- Dureza del agua: en zonas con cal, instala filtros antical, perlizadores y realiza desincrustaciones periódicas en rociadores y aireadores.
Electrodomésticos: alarga su vida útil
- Frigorífico y congelador: ajusta a 4 °C y −18 °C. Limpia las bobinas traseras o inferiores cada 6–12 meses con aspirador y brocha. Revisa el sello de la puerta con la “prueba del papel”: si se desliza fácilmente, cambia la goma.
- Lavadora: limpia el filtro y el cajetín de detergente cada mes. Deja la puerta entreabierta tras cada uso para evitar moho. Realiza un ciclo de limpieza en vacío trimestral con producto desincrustante específico.
- Lavavajillas: limpia el filtro semanalmente y los aspersores cada 2–3 meses. Usa sal regeneradora y abrillantador según dureza del agua. Ciclo de limpieza mensual.
- Secadora: limpia el filtro de pelusas en cada uso. Revisa y aspira el conducto de ventilación cada 3–6 meses para prevenir sobrecalentamientos.
- Horno y microondas: limpieza regular con productos adecuados y aclarado completo para evitar residuos que sobrecalienten. Revisa la puerta y la junta del horno; en microondas, asegúrate de que la rejilla de ventilación esté libre.
- Campana extractora: lava los filtros metálicos cada 2–4 semanas según uso. Sustituye filtros de carbón activo cuando pierdan eficacia.
- Aire acondicionado tipo split: limpia los filtros mensualmente en temporada y aspira el intercambiador con cuidado. Mantén despejada la unidad exterior; una limpieza profesional anual mejora rendimiento y evita averías.
Carpintería y cerramientos: puertas, ventanas y sellados
- Lubricación suave: aplica lubricante en bisagras, manillas y cerraduras cada 6 meses. Evita el exceso de aceite para no atraer polvo.
- Burletes y juntas: sustituye los burletes agrietados. Mejorar el sellado reduce infiltraciones de aire, vibraciones y ruidos, y baja el consumo de climatización.
- Sellados sanitarios: renueva silicona en bañeras, platos de ducha y encimeras si aparece moho o se despega. Un buen sellado evita filtraciones a vecinos o al forjado.
- Ventanas y persianas: aspira guías y cajones de persianas para evitar atascos. Ajusta herrajes de apertura oscilobatiente para un cierre firme y estanco.
Climatización y calidad del aire
- Filtrado: cambia o limpia filtros de sistemas de climatización según indicaciones del fabricante. Filtros sucios encarecen la factura y dañan ventiladores.
- Ventilación: ventila 10–15 minutos al día. En baños sin ventana, usa el extractor durante y tras la ducha para mantener la humedad relativa por debajo del 60%.
- Control de humedad: usa deshumidificador en sótanos o zonas húmedas; coloca burletes y corrige filtraciones para evitar moho.
- Radiadores y suelo radiante: purga radiadores al inicio del frío; en suelo radiante evita muebles que bloqueen grandes superficies.
Cubierta, canalones y exteriores
- Canalones y bajantes: limpia hojas y sedimentos al menos dos veces al año. Obstrucciones provocan filtraciones y deterioro de fachadas.
- Tejado: observa desde el suelo si hay tejas movidas o rotas; ante dudas, llama a un profesional. Mantén alejadas ramas que rocen la cubierta.
- Patios y terrazas: asegúrate de que los sumideros drenan correctamente; limpia rejillas y revisa sellados de encuentros y barandillas.
Hábitos diarios que ahorran dinero
- Uso consciente de agua caliente: duchas más cortas, aireadores en grifos y reductores de caudal en la ducha para disminuir consumo sin perder confort.
- Cargas completas: en lavadora y lavavajillas, evita medias cargas; selecciona programas eco cuando sea posible.
- Desconexión al ausentarte: apaga regletas y ajusta el termostato en modo ausencia. En vacaciones largas, cierra la llave de paso principal.
- Orden y limpieza: electrodomésticos sin polvo disipan mejor el calor; cocinas y baños limpios reducen humedad y proliferación de hongos.
Pequeñas inversiones que evitan grandes gastos
- Detectores: instala detectores de humo y monóxido de carbono, y detectores de fuga de agua bajo fregadero y junto a lavadora. Pueden avisarte a tiempo y evitar daños mayores.
- Termostato programable o inteligente: automatiza horarios y evita calentar/enfriar de más. Integrado con sensores de presencia, afina el ahorro.
- Regletas con interruptor y enchufes inteligentes: control del standby y monitorización de consumo para identificar “vampiros” eléctricos.
- Protectores de sobretensión: protegen electrónica sensible y alargan su vida útil.
- Aireadores y cabezales eficientes: reducen el caudal manteniendo presión, bajando el consumo de agua y energía para calentarla.
Herramientas y materiales básicos para tu mantenimiento
- Guantes de trabajo, gafas de protección y linterna.
- Destornilladores, alicates, llave ajustable y cinta métrica.
- Lubricante multiusos, silicona sanitaria, masilla acrílica y pistola aplicadora.
- Cinta de teflón (PTFE) para roscas, juntas de goma de repuesto.
- Aspirador con boquillas estrechas y brocha para bobinas y rejillas.
- Regleta con protección de sobretensión y enchufe medidor de consumo.
- Recoge pelos para desagües, desatascador manual y serpiente de fontanero pequeña.
Señales de que necesitas a un profesional
- Electricidad: saltos frecuentes del magnetotérmico o diferencial, olor a quemado, chisporroteos, enchufes calientes o zumbidos.
- Gas: olor característico o sospecha de fuga, llama amarilla en quemadores, encendidos irregulares. Ventila y llama a emergencias o al servicio técnico.
- Agua: manchas persistentes de humedad, bajada brusca de presión o contador que avanza sin consumo aparente.
- Climatización: ruidos anómalos, vibraciones, escarcha en la unidad interior del split o consumo eléctrico inusual.
- Estructura y cerramientos: grietas nuevas de tamaño considerable, filtraciones en cubierta o fachada tras lluvias.
Errores comunes que debes evitar
- Usar productos químicos agresivos de forma habitual para desatascar.
- Sobrecargar enchufes con múltiples adaptadores y alargadores.
- Ignorar pequeños goteos o ruidos: casi siempre salen caros si se dejan pasar.
- Tapar rejillas de ventilación o bloquear tomas de aire de equipos.
- Realizar intervenciones sin cortar luz o agua, o sin los EPIs adecuados.
Checklist rápido para empezar hoy
- Prueba el interruptor diferencial y revisa enchufes dañados.
- Coloca recogedores de pelos en duchas y limpia el filtro del fregadero.
- Ajusta el frigorífico a 4 °C y limpia su rejilla trasera si está polvorienta.
- Limpia filtros de lavadora, lavavajillas y campana.
- Instala regletas con interruptor para eliminar standby nocturno.
- Comprueba burletes de ventanas y renueva los deteriorados.
- Ventila 10–15 minutos y usa el extractor del baño tras la ducha.
- Revisa canalones o desagües de terraza si tienes acceso seguro.